“La única manera de hacer un gran trabajo es amando lo que haces”
Steve Jobs
Seguramente habrán escuchado muchas veces esa famosa frase. Suena demasiado perfecta para ser cierta y puede plantearnos algunas dudas. ¿Es posible vivir de eso que te apasiona? ¿Puedo amar mi trabajo?
Podré sonar un poco idealista, pero yo estoy convencida de que la respuesta es sí. Pero no es un sí fácil: conlleva mucho esfuerzo, dedicación, iniciativa, vocación, valentía y entusiasmo.
“Quiero dedicarme a algo que me apasione, pero no sé por dónde arrancar”, “Estoy en crisis con mi trabajo”, “Siento que estoy en piloto automático”.
Todos nos hicimos esas preguntas en algún momento de nuestras vidas. A algunos les llegan cuando se insertan en el mundo profesional, a otros (como a mí) cuando ya tienen una gran parte de su camino laboral recorrido. Pero nunca es tarde para reinventarse y sacar ese piloto automático con el que venimos avanzando por la vida.
Creo que la mejor forma de empezar esta búsqueda es mirando hacia adentro. Se trata de un proceso de autoconocimiento y de conexión con nuestro lado más auténtico. Introspección e inspiración son las claves para transitar este camino.
¿Qué quiero? Para qué lo quiero? Y cuál es mi motivación? ¿Por qué quiero emprender?
Si no tenemos claro esto desde el principio, va a ser muy difícil que podamos encontrar eso que de verdad nos motiva.
Desde que empecé esta búsqueda personal constantemente intento conectarme con la inspiración: conociendo historias que me motivan; rodeándome de personas inspiradoras; escuchando podcasts o leyendo libros; capacitándome en distintas temáticas; preguntando e investigando; buscando actividades que me ayuden a salir de lo cotidiano.
Es un proceso largo y hay que transitarlo como tal. Aunque al principio no lo parezca, en determinado momento todo se acomoda y vamos a poder ver las cosas con mayor claridad. Vamos a encontrar cosas (miles) que no nos gusten. Pero si de verdad tomamos la decisión de buscar aquello que nos apasiona todo ese esfuerzo cobra un sentido.
Entonces… ¿por dónde empezamos? Algunas preguntas que pueden servirnos como puntapié son: ¿Qué me sale fácil? ¿Qué tengo yo para ofrecer a los demás? ¿Qué me interesa aprender? ¿Qué me motiva? ¿Qué cosas me salen naturalmente y cuando las estoy haciendo el tiempo se me pasa volando?
Quizás esas respuestas puedan darnos algunas pistas para tener un panorama un poco más claro.
A fin de cuentas es cuestión de arrancar, de dar el primer paso, de animarnos a salir de la zona de confort. Romper esas barreras y preconceptos que tenemos incorporados. Exige una dosis alta de valentía, trabajo, esfuerzo y motivación. Pero vale la pena.
Y una vez que ya tengamos una idea aproximada de qué es lo que nos gustaría hacer, el próximo paso es hacer un plan para poder pasar a la acción, e ir avanzando de a poco, siempre teniendo en claro nuestro objetivo.
En esta instancia es clave buscar referentes en tu área, personas que admires que ya se hayan animado a dar ese primer paso y que se encuentren transitando ese camino que ahora estás por empezar a recorrer.
Vas a cruzarte con muchas personas que hagan lo mismo que querés hacer vos. Eso quizás te haga sentir que tu idea no es original, pero siempre hay que tener en claro que nadie lo va a hacer igual que vos. Porque todos somos distintos y cada uno tiene su propio estilo, su personalidad, su historia y enfoque único. Para eso es clave saber cuáles son tus valores, qué te inspira, qué te motiva, cuáles son tus miedos, y cuáles tus fortalezas y debilidades. Y así llegar a descubrir cuál es tu valor agregado.
También es importante estar siempre en movimiento y tener la capacidad para ir mutando y adaptándose a los cambios y modificaciones que puede tener nuestra idea original a medida que vamos avanzando.
Otro aspecto a tener en cuenta es cómo convertir esa pasión en algo sustentable que nos genere una rentabilidad económica. Para eso hay que tener paciencia porque nada se da de un día para el otro y saber que la clave es ponerse creativo hasta encontrarle la vuelta.
Creo que lo más importante para arrancar es animarnos a dar ese tan temido primer paso. Y convencernos de que vamos a poder hacerlo. No hay nada más poderoso que nuestros pensamientos y palabras. Siempre teniendo presente que con amor y esfuerzo se puede llegar muy lejos.
Y nunca perder de vista que a la vida hay que vivirla intensamente, porque solo tenemos una y se pasa más rápido de lo que nos imaginamos.
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